15 de julio de 2010

De vampiros y otros bichos

Hoy me encuentro con la noticia de que una joven limeña murió de un paro cardiaco mientras veía la película “Eclipse”, parte de una saga de tres films sobre el tema de los vampiros y otras truculencias. Creo que el suceso puede o no haber tenido relación con la película, igual me parece triste y lamentable, pero no es estadísticamente alarmante, ya que cada tanto sucede algo por ahí (también están quienes se infartan viendo fútbol) sin embargo es otro aspecto del tema el que me preocupa más. 

Imagino que muchos jóvenes se asombrarían de leer lo que sigue, aunque este no es un blog para adolescentes y por lo tanto no creo probable que suceda,  pero debo confesar que me parece llamativa la abundancia de series y películas que actualmente hay sobre el tema de la muerte y los vampiros, cada una más violenta que la anterior, con muchos  litros de sangre que se derraman entre  pasiones desenfrenadas. Si bien hay antecedentes antiguos, como las películas de Bela Lugosi o la serie Los Monsters (que era una parodia familiar muy simpática de los años ‘60) o la serie Dark Shadows (creo que no exhibió en Latinoamérica) serie de suspenso que incluyó un personaje vampiro que luchaba por liberarse de su maldición, lo que se presencia ahora es algo diferente, casi una apología.

Si iniciamos la cuenta con la conocida Buffy, La cazavampiros (mucha acción y una angelical perseguidora) o Moonlight (vampiros muy apasionados enamorados de mortales),  llegamos a True Blood (toda una comunidad plagada de vampiros) y a Vampire Diares (adolescentes vampiros llenos de sed de sangre y sexo). Y la pregunta que me hago es: ¿Puede un joven tener una visión social y cultural adecuada cuando consume este tipo de mensajes de forma constante y cotidiana? Porque a la visión de un programa de TV hay que agregar toda una cultura relacionada al tema. Esa evocación de la muerte y de la sangre ¿es un síntoma social o una consecuencia?

La verdad no lo sé, pero me parece que es preocupante, pues a estos productos habría que añadir los juegos de video (a veces la sangre es de tal cantidad que parece salpicar fuera de la pantalla), las publicaciones (novelas a más y mejor, revistas, etc.), la moda y demás. Y no sólo del tema vampiresco, sino de todo lo que es sangre (Jason y sus interminables asesinatos, el muñeco Chucky y su sonrisa diabólica, Saw y sus terribles carnicerías,  Masacre en Texas y otras por el estilo,  Freddy Kruger  en todas sus versiones o pesadillas, El Aro, y demás bodrios del género). Uno mira lo que le atrae, aunque  en un inicio sólo sea por imitación o presión del grupo (o la sociedad), pero finalizas acostumbrándote a ello, a vivir con ello, hasta que parece lo mejor, lo deseable, y en consecuencia ese deseo indicaría una negación de los valores que la mayoría de personas tenemos por “normales”: la paz, la vida, la armonía, el bienestar, en contraposición con la violencia, la angustia, el dolor.

Y lo más triste es que detrás de todo ello hay un negocio millonario que alienta a productores y directores a mantener la temática, no importa cuanto pueda afectar la formación de las mentes de millones de jóvenes en todo el mundo, que sin arte ni parte terminan queriendo algo sólo porque se lo han metido por los ojos desde que era muy pequeño, en una alienación de violencia y maldad, muy preocupante.  ¿O no?

1 comentario:

  1. Muy interesante tu post, me gusto y te doy la razón.

    Por azares del del destino conocí los vampiros, pues en mi juventud no me llamaron la atención. Ahora tengo más libros de vampiros y me faltan por leer.

    Por desgracia a muchas jóvenes les gusta los vampiros, pero de una manera muy equivocada y eso es gracias a la saga "crepúsculo" que en lo particular me gusta mucho pero tengo mi propio criterio y no soy una jovensita.

    Saludos!!!

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