Cuando vi esta historia en Internet el silencio me rodeó y la imagen de esta niña sonriente se grabó en mi mente, debatiéndome entre la tristeza y la admiración. Tanta desgracia a la par de tremendo coraje. Qian Hongyan , una pequeña niña china de cinco años perdió las piernas en un accidente de auto. Ante la pobreza de su padre no hubo prótesis ni nada por el estilo. La movilidad se resolvió con unos cepillos gastados de lavar ropa para que dieran soporte a sus manos y una vieja pelota de baloncesto en el que se abrió un orificio para encajar su cuerpecito y se le sirviera de sostén cuando estaba en el suelo. A partir de ahí se le conoció como la niña de la pelota de basketball.Pese a sus tremendas limitaciones, la pequeña aprendió a vivir con ellas y no perdió el entusiasmo por la vida, llegando a destacar en los estudios.En su escuela, en Luliang, sus compañeros la ayudaban a salir de la bola para ubicarse en su humilde carpeta y luego nuevamente a entrar en ella para poder ir rebotando al recreo o a su casa. Tiempo después una donación permitió que se le otorgue un par de piernas ortopédicas especiales con las cuales inició un proceso de rehabilitación. El empuje de esta pequeña es de tal magnitud que hasta aprendió a nadar, pese a no tener piernas con qué patalear.






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