Mi sobrino, que vive en otro país, aún sin familia, acaba de enviar un email a la familia comentándonos sus previsiones en caso de muerte accidental.
más allá de las incidencias del caso, particularidades y puntos de vista respecto a sus deseos y decisiones, me encontré con una especie de bloqueo mental en cuanto al tema. Si hubiera estado frente a mí le hubiera dicho: "calla, qué cosas dices... hablemos de otro tema".
Yo pensaba que era una persona abierta a todo este espacio, pues he tenido varias pérdidas personales muy cercanas y devastadoras, así como las otras, menos directas, y que entre unas y otras, ya el tema de la muerte me resultaba familiar y de fácil abordaje, sin embargo, mi respuesta instintiva a este correo me demuestra que no era así. Y todavía me queda, entonces, mucho pan por rebanar, y hacer una nueva expedición de introspección para ver por qué cuernos me cuesta tanto hablar de la muerte... siendo que es una condición irremediable de todo ser vivo y que si bien puede postergarse un tanto, llegará sí o sí, no importa lo que nos guste o no.
Mucha gente la acepta con más naturalidad, no sé si tiene relación con la forma como nos aferramos a lo que tenemos, afectos, propiedades, sueños, planes... podría ser que quienes no tienen tanto que perder se "suelten" más fácilmente? Si es así, estoy perdida...mis afectos terrenales me tienen atrapada, y me resisto a perder nuevamente a quien amo...
El tema de la fe es también relevante, pero justamente era, supuestamente, mi fortaleza, pues creo que regresamos al Creador y nuestra esencia no desaparece, se transforma, y de algún modo nos encontraremos con quienes no adelantaron en el viaje. ¿Eso no debiera ser suficiente para tranquilizar a mi subconciente? Al parecer no.
Aún no me resulta fácil pensar en esto...y por eso escribo estas líneas, a sabiendas de que tal vez nadie las lea, pero que así mis dudas y reflexiones seguirán dando vueltas por el ciberespacio, tal vez aún después de que yo deje de estar aquí...
El tema de la muerte es tan extenso, que creo que nunca estaremos bien preparados para recibirla contentas. Pienso que mas nos rebelamos ante la solo idea de la muerte de alguien menor a nosotras, eso no queremos aceptarlo y creo que nunca lo haremos. Si la muerte de nuestros seres queridos mayores nos golpearon y hay muertes que aun golpean, como pretendemos aceptar la muerte de quienes llegaron despues que nosotros??? creo que nunca...
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo, de hecho puedo dar testimonio de ello. Sin embargo el caminar pensando de tanto en tanto que un día podríamos estar cercanos a dejar de hacerlo, nos puede ayudar a pisar tierra y tener nuestras prioridades más claras, orientándonos a lo que nos resulte más importante.
ResponderEliminarPero eso, como decía... es todo un proceso...
Pasar de hablar de la muerte a pensar, con un nivel de introspección significativo, a la posibilidad de la propia muerte, no es tal fácil.