El texto precedente lo publicaron en un local español, y merece un comentario especial, pues pone el dedo en la llaga.
Cotidianamente sufro al ver en cualquier sitio, pero especialmente en los centros comerciales, como van las familias con criaturas totalmente silvestres y sin ninguna supervisión de un adulto, no digo control, que sería demasiado pedir, y van los pequeños saltando, gritando, corriendo, peleando y haciendo lo que se les viene el gana, como si estuvieran en el patio de su casa. A veces inclusive he preferido dejar el local en el que me encontraba para no amargarme la vida.
Es más, no sólo gritan, patalean y todo a vista y paciencia de sus padres, que parecen ciegos, sordos y mudos, sino que a veces cogen cosas ajenas, las ponen en peligro, en ocasiones las rompen también, y entonces viene la madre, les dice muy molesta, "mira lo que has hecho, ¿no sabes portarte bien acaso? qué terrible eres..." y luego se va a otro lado llevándose al crío para dejarlo hacer lo mismo un poco más allá...
Cuánto quisiera que en los comercios pusieran avisos como éste, por respeto a los demás clientes, que no deseamos compartir con hijos de padres irresponsables que no asumen su labor de EDUCADORES, y creen que su obligación se limita a alimentarlos, comprarles porquerías y darles todo lo que pidan.
Es realmentw fastidioso. .lo vivo siempre en el lugar donde trabajo....estresaaaa
ResponderEliminar