Siendo de Perú y viviendo en el país, es bastante vergonzoso
que recién haya conocido el Cuzco pasado el medio siglo, pero creo que lo
importante es que lo hice y no sólo conocí esa hermosísima ciudad sino su mayor
tesoro: Machu Picchu.
Mi visita fue en solitario y sin contratar ningún servicio
adicional. Hubiese sido perfecto viajar acompañada, pues compartir es parte del disfrute, pero no se dio. Con paciencia y anticipación busqué información y preparé mi visita en todos sus
aspectos, sobre todo temas de pasajes y boletos de visita. El Ticket para
ingresar a Machu Pichu lo compré por internet con tarjeta de crédito en el portal del Santuario (http://www.machupicchu.gob.pe/) y los
pasajes de tren los compré llegando al Cuzco, en las oficinas de la empresa
local. El alojamiento lo reservé también por internet a través de Booking.com,
inclusive en Ollantaytambo, sin ningún inconveniente.
Como mi viaje fue por trabajo, la ruta fue totalmente
particular: llegué a Cuzco en la mañana, fui a la Oficina de Información al Turista del Ministerio de Cultura (cerca a la Plaza Principal), donde me atendieron tan bien que me sentí feliz y super segura con la información recibida. Luego conocí lo que pude (no deje de ir al mercado) hasta las 4pm en
que salí hacia Urubamba (Valle Sagrado) en una “combi” que me llevó en más o menos una hora.
Ahí tuve tres días maravillosos, alojada en el Sonesta Posadas del Inca Valle Sagrado, Yucay, y al terminar mi
estadía partí hacia Ollantaytambo en un taxi que pedí en el hotel (la distancia es corta y el trayecto muy agradable). Al llegar a Las Portadas dejé mis cosas y luego salí para pasar lo que restaba de la tarde y parte de la
noche conociendo el lugar, comiendo algo (abundan los restaurantes, pizzerías, sandwicherías, pubs, etc.). Luego descansé en mi alojamiento, agradable, sencillo y económico.
En la madrugada salí a la estación del
tren para ir en el primer turno hacia Aguas Calientes, y luego sólo hay que
bajar del tren, hacer una pequeña cola y comprar un boleto para los buses que
suben hasta Machu Picchu. Una vez en la entrada del complejo arqueológico,
usted puede tomar los servicios de un guía profesional o ir por su cuenta. Lo
primero es muy recomendado, pero tratándose de una persona del país que venía
leyendo del lugar por años, decidí optar por la libertad de recorrer el sitio
por mi cuenta.
Lo que sí hice fue seguir la recomendación que me hizo mi
esposo, quien ha visitado las ruinas en más de 5 oportunidades: ve lo más temprano
que puedas. Y valió la pena.
Cuando iba ascendiendo por los estrechos senderos el sol
recién se asomaba tímidamente por entre las montañas, y cuando di la vuelta y
vi Machu Picchu, la conocí realmente esplendorosa, bañada por los rayos del
sol matutino que parece rendirle homenaje. Es una pena no tener más fotos de
ese momento, pero estando sola, a veces me dejé llevar por la maravillosa
experiencia y me olvidaba del registro fotográfico.
He recorrido la ciudadela mientras me iba enamorando cada
vez más de ella, imaginando cómo sería la vida de los pobladores originales.
Por momentos me sentaba en una piedra, miraba el paisaje maravilloso que la
rodea y me parecía estar siendo transportada a otro tiempo.
Muchas veces escuché que Machu Picchu es mágico, y creo que
es cierto, o al menos esa sensación tuve, pues caminar por esos senderos
escarpados llenos de piedras milenarias me producía un estremecimiento que
jamás he sentido.
No creo que sea el mejor lugar del mundo, pues por todos lados hay maravillas para conocer, además he viajado
muy poco para hacer semejante aseveración, pero creo que si alguien se interesa
en culturas ancestrales y arqueología prehispánica, esta visita es realmente impostergable.
Al finalizar mi recorrido me despedí de tan increíble lugar y regresé del mismo modo como había llegado: Bus hasta Aguas Calientes, donde almorcé, y luego tren hasta
Ollantaytambo. Al llegar tomé mis cosas, agradecí a mi anfitriona y enrumbé al Cuzco en una combi. Al día siguiente conocí Sacsayhuamán y a medio día estaba en el aeropuerto para
retornar a Lima.
No creo que fuera un viaje perfecto, de hecho creo que se
necesitan 5 días como mínimo para conocer bien la zona y aprovechar el viaje
como Dios manda, pero dadas mis limitaciones creo que lo hice bastante bien y
no me quejo en lo absoluto. es más, creo que aproveché el tiempo y lo gocé al máximo.
Como recomendaciones para optimizar la visita en Machu Picchu, comparto éstas:
- Antes de su visita lea sobre el sitio y sobre la cultura incaica y su abrupta dominación por los españoles, pues le permitirá comprender lo que irá conociendo y así aprovechar mucho más su viaje.
- Vaya con prendas de vestir en capas, pues el clima es variado. En cualquier caso, nada que estorbe o complique la movilidad.
- Contrate un guía profesional, le facilitará comprender lo que ve y valorar la experiencia.
- No lleve muchas cosas ni bolsas, porque los senderos son estrechos y difíciles de andar, y por ello es importante estar ligero y con las manos libres.
- Lleve una botella pequeña de agua, pues en el recinto no hay nada de eso. Por supuesto, luego de beberla llévela con usted hasta encontrar un basurero en la parte de afuera.
- Vaya lo más temprano que le sea posible, para tener el espectáculo de la aparición del sol entre las montañas.
- Ya que el ticket de visita permite ingresar hasta dos veces, puede salir del recinto para almorzar o ir a los servicios higiénicos, y retornar luego. Incluso puede volver al día siguiente.
- Aunque hay un restaurant a la entrada de Machu Picchu, sus precios son bastante altos. Para comer puede volver a Aguas Calientes, descansar, y retornar luego al recinto por la tarde.
- Dado que se requiere subir y bajar gradas todo el tiempo, es importante estar en condición física y no tener problemas con ello. Además hay que tener presente que se encuentra a más de 2000 msnm.
- Relájese y disfrute su visita.
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