El PPT en cuestión habla de cómo ingresó un televisor a la casa y paulatinamente toma el control de la dinámica familiar. ¿Le parece conocido? Finaliza el texto diciendo que ahora el televisor tiene una esposa: la pc, y un hijo, el móvil (celular). ¡Se necesitan comentarios? Creo que no.
Como profesional de la comunicación, una preocupación que
data de años, no es el daño que pueda causar al televidente el consumo de
ciertos programas con extremo contenido de violencia o sexo explícito, sino el
que causan aquellos programas que no parecen tener un contenido peligroso o dañino.
En la lista, que es larga, podríamos,
actualizando el asunto, citar a muchos programas “pseudo infantiles”, que
llenan las mentes de los niños y niñas de contenidos alienantes y nocivos para
su formación, series de niños o jóvenes (con actoires de carne y hueso o con
dibujos animados o “cartoons”) muy lindos todos pero mostrando como cosa
cotidiana escenas donde las figuras de autoridad (maestros, padres, autoridades)
parecen idiotas (¡todos!), (¡los listos!) y lo “cool” es faltar a clase el 90%
del tiempo para perderlo en cualquier forma de vagancia, pero con amigos y siempre vestidos a la moda. Si bien estos
programas no muestran desnudos ni sangre, tienen un gran poder “deformativo" en
las mentes de niños/jóvenes.
Pero si queremos tocar el tema de la violencia, tenemos
fuentes a montón. En el video que se muestra enlazado en esta nota, "EL Juego de la Muerte", un grupo de
científicos franceses realizan una excelente experiencia para tratar de
determinar hasta dónde la TV puede llegar a tener poder sobre los individuos. En el inicio se puede ver un
repertorio de programas emitidos por todo el orbe donde la violencia, el morbo
y la degradación son el común denominador. Ya nada es malo, ya nada me parece
censurable, al menos no si viene de la caja boba, la todopoderosa televisión.
El estudio se basa en la recreación de un programa-concurso recreado en un set de
televisión, con actores y profesionales varios, mostrando claramente cómo las
personas obedecen ciegamente una indicación dada, ya que sienten que el
programa de TV es para ellas más importante que cualquier otra cosa (la presión de la presentadora es determinante).
Esta
propuesta está basada en un experimento de décadas pasadas realizado por Stanley
Milgram , en la Universidad de Yale, que
demostraba cómo las personas son capaces de llegar a extremos inesperados si recibe
órdenes de quienes considera una autoridad legítima. En el caso actual la trama
es la de convocar la participación de los voluntarios ¡que se divierten al saber que accionarán una descarga eléctrica en
los demás participantes! Es increíble. La presión de ser parte de un show
de TV anula los principios, los valores, hasta la piedad humana.
Según los resultados
obtenidos en esta prueba, si el día de mañana el espectáculo de la TV fuera
matar a un participante, 8 de cada 10 participarían sin mayor complicación. ¿Dilema
moral? Casi inexistente. Es más, no sé si la palabra siga en el diccionario
mucho más.
¿Por qué se da esto?¿Por qué la obediencia ciega de personas que actúan como borregos? En principio, es porque el ser humano, en tanto
ser social que vive en un entorno civilizado, es educado, es decir, aprende
normas y aprende que debe obedecer a ciertas figuras de autoridad: padres,
maestros, policía, etc. El problema es
que ahora esas figuras están representadas por los medios de comunicación, en
especial la TV y el internet, a quienes las personas obedecen casi ciegamente.
Todos vemos televisión, y entretiene mucho, pero es
importante tener las cosas claras y establecer límites, tener valores, parámetros como persona, como familia,
como sociedad. Y la cosa estará difícil mientras en muchos hogares humildes no
haya siquiera un baño medianamente decente pero de seguro hay un televisor con pantalla
plana o HD en el que la familia disfruta su ilimitado consumo de-todo-lo-que-viene-en-la-caja-boba-sea-lo-que-sea,
sin pensar un solo minuto si le conviene, si es beneficioso para su vida o le
está llenando el cerebro de absoluta porquería, sin ejercicio de criterio o filtro alguno. El dios TV.
Lo grave es que se están formando generaciones para las que la
violencia y la sangre no es algo a repeler, es algo cotidiano, no porque sea parte
de su vida pero sí de su consumo mediático. Serán esas personas las que decidan
el día de mañana qué pasa con el mundo; serán ellas las que firmen los
tratados, las que aprueben las leyes, las que elijan a sus mandatarios. Y yo me
pregunto: ¿Qué buscarán? ¿A quién oirán?
Vean el video y luego me comentan.
Creo que la clave esta (como todo en la vida) de discriminar.
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