El siguiente es un artículo publicado en el blog de Oscar Saura (https://salud.facilisimo.com/selfie-que-se-esconde-detras-una-mirada-a-la-personalidad-de-sus-autores_2051080.html), que comparto plenamente. Muchas veces un selfie es un maravilloso recuerdo de un momento especial, pero cuando se vuelve algo constante ya se convierte en una práctica una tanto obsesiva y pudiera encubrir algo más profundo que el deseo de grabar un instante en una foto.
Ya hemos publicado anteriormente los extremos a los que se llega en esta práctica conocida como egosurfing (http://elrincondelakatarsis.blogspot.pe/2013/10/el-egosurfing-inseguridades-navegando.html) o o en el uso del archifamoso whatsapp (http://elrincondelakatarsis.blogspot.pe/2013/09/whatssapeo-luego-existo.html), y aunque vivimos todo beneficiándonos de la tecnología (que hace verdaderas maravillas) debemos estar al tanto de que no domine nuestra vida ni nos facilite confundir la realidad con la realidad virtual. Por todo ello me permito compartir este post esperando motive a la reflexión... de algunos, al menos.
En los últimos años, gracias a la proliferación de los teléfonos inteligentes, es habitual salir a la calle
y ver a las personas tomándose fotos de sí mismas en las más variadas situaciones para luego subirlas a las redes sociales. El objetivo de compartir imágenes en las redes sociales es narrar la propia vida con el fin de obtener un comentario, un me gusta o un emoticón.