11 de agosto de 2011

¿Sabía que usted está expuesto a un bombardeo de radiación con cada tomografía?

Debido al reciente suceso en el que tuve un traumatismo de cabeza (encefalocraneano, para que suene más importante) del que puedes saber más en el post "La salud está para enfermarse", dos post debajo de éste, conversé con el neurocirujano que me atendió y, contra lo que me había advertido más de uno, no me indicó una tomografía. ¿Por qué? “Porque no la necesita y le haría un daño innecesario”, me dijo. Y he aquí que en mi ignorancia desconocía que una tomografía computarizada  emite una dosis de radiación equivalente a más de 100 radiografías de tórax (hay quienes manejan equivalencias de 600, dependiendo del tipo de radiografía). ¡What! Como lo lee. Yo me quedé de una pieza.

Muchos jóvenes tal vez no hayan escuchado nunca lo que sí escuchamos los adultos muchos años: “Cuidado con las radiografías, que pueden originar cáncer”.  Era un tema que a todos daba mucho respeto y por ello, pese a su necesidad como examen auxiliar para un diagnóstico, sólo se tomaba en caso estrictamente necesario. Sin embargo, el tiempo ha pasado, nos acostumbramos a la tecnología de radiación y hoy a nadie se le mueve una pestaña para sacarse una placa, sin embargo, ¡no puede actuarse igual  con una tomografía cuya potencia de radiación es mucho mayor!

¿Qué es lo que sucede? Aquí es donde entran las “coimisiones”, como dicen muchos. No sé cómo será en otros países, pero en el Perú los laboratorios y centros de diagnóstico que poseen estos servicios, otorgan un porcentaje a los galenos por cada análisis clínico que les derivan, sea de sangre, orina, rayos X, tomografía o resonancia magnética. ¡Y es ésa y no otra la razón por la cual al menor síntoma o probabilidad, por lejana que sea, le indican un examen que posiblemente no necesite y que, también posiblemente, le deje una secuela negativa en su salud que, años después se detectará mediante la tomografía número 3 o 4 que le saquen en su vida: la lesión cancerígena!

Parece una historia de terror, pero es real. En los hospitales y en las consultas privadas, todos recetan tomografías como quien dice tráeme un periódico del día, y ya es indignante que la dupla médico-laboratorio se aproveche del dinero de los pacientes, realizando pruebas innecesarias sólo por el lucro que hay de por medio, pero lo triste es que en este caso está también la salud en juego, pues, (no lo digo yo, lo dice la bibliografía, consulte los links al pie de este artículo)  “el hecho de tomar muchas radiografías o tomografías computarizadas con el tiempo puede aumentar el riesgo de cáncer. Resumiendo, si a usted  le toman a lo largo de un año 3  tomografías, es como si le hubieran tomado, como menos, 450 radiografías. Léalo bien. 450, con la posibilidad de que la equivalencia sea más, hasta  1800. ¿Se imagina lo que significa para su cuerpo haber estado expuesto 1800 veces a la radiación?

En Estados Unidos ya hay estudios al respecto pues consideran que el gran incremento en las muertes por cáncer tendrían relación directa con el abuso de una técnica de diagnóstico que es parte de un negocio multimillonario, que se lleva por delante nuestra vida y la de nuestros seres queridos.  En casos en que la potencialidad de información de una tomografía es necesaria, pues es justificado que se indique así, pero no lo es tratándose de lesiones menores, sin una gravedad que requiera diagnóstico radiológico, o en el caso de niños, que son  mucho más sensibles a la radiación y estarían siendo condenados a desarrollar un cáncer en el futuro.

La idea, en general, es que  el beneficio que se obtiene al poder realizar un mejor y/o más rápido diagnóstico gracias a la tomografía es más importante que el perjuicio que se ocasiona, y que esto es algo que determina el especialista con el conocimiento y la responsabilidad del caso, sin embargo, si hay dinero de por medio (y nadie puede decir que no es así pues es un secreto a voces)… ¿cómo podremos saber si verdaderamente es necesaria la utilización de este examen? Como diría el Chapulín Colorado… “ahora ¿quién podrá defendernos?”. La verdad sea dicha, con el cáncer no se debe jugar...

Según un estudio publicado en US Today y citado por  Clarin.com, la versión digital del diario argentino El Clarín, “el exceso de tomografías computadas que se hacen actualmente en los Estados Unidos podría causar 3 millones de casos de cáncer adicionales en ese país en las próximas tres décadas”  (http://edant.clarin.com/diario/2008/04/11/sociedad/s-03015.htm) . Así que ya lo sabe, si deben hacerle un examen de este tipo, pregunte, averigüe, y cerciórese de su necesidad o conveniencia antes de dejarse bombardear con radioactividad.

6 comentarios:

  1. me gusto la imagen fue exelente

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  2. Cuando es necesario...ni modo!!!

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  3. Como diría Cantinflas: ¡Ahí está el detalle!
    ¿Cómo saber si cada vez que un médico nos pide una tomografía es verdaderamente necesario?
    Según las estadísticas que se mencionan en el artículo, lo que es un hecho es el incremento insólito de casos de cáncer, que muchos especialistas atribuyen a las tomografías "indiscriminadas" por motivos económicos. Si nuestra vida está de por medio, no es cosa de juego.

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  4. Sé de la relación médico-laboratorio y de los porcentajes que se les paga a los médicos...del abuso de la economía del paciente por la cantidad de análisis, placas o resonancias que piden para que su diagnóstico sea certero jajajaj (hay que reir, de lo único cierto es que saldrás mas pobre y mas enfermo jajajjjajjaj.

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  5. A TENER CUIDADO CON LA RADIACION

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  6. Los niños son particularmente sensibles a estos niveles de radiación, sin embargo, pese a que organismos internacionales recomiendan reducir las estadísticas de TAC para niños, ¡éstas han aumentado!
    esto es muy peligroso, pues se juega con la desesperación que sienten los padres pero, a la larga, si se trata de niños con traumatismos frecuentes (por deportes u otros) podríamos estar ante una de las causas del dramático aumento del cáncer infantil.

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