24 de enero de 2012

Mala leche

Una amiga me prestó el libro “La nutrición inteligente”, de Sacha Barrio Healey , un defensor de la cocina vegana o “pitagórica”,  y  ahora estoy hecha un verdadero lío.
Más allá de lo revolucionario de sus conceptos y propuestas alimenticias  o de su conflicto con algunos representantes del Colegio Médico del Perú, y además  también de su posición encendida y radical contra los cultivos transgénicos, que no le ha ganado muchos amigos ni en las empresas ni en el gobierno (ni el nuestro ni el del tío Sam),  la suya no es una opción aislada sino que es compartida con muchas personas, estudiosos reconocidos la mayoría, en varios países.
Si bien Sacha aboga por un régimen alimenticio integral que rechace la carne en todas sus formas  (con una excepción del pescado para ciertos casos y de preferencia sólo temporalmente), y arremete contra el azúcar refinada, la sal, y hasta la soya, en una cruzada radical que deja poco espacio para la vida culinaria como la conocemos, una de sus propuestas es, a mi modesto entender, la más preocupante: eliminar de la dieta toda leche o preparado en base a lácteos como la mantequilla, queso, yogurt, etc., pues considera que es uno de los grandes males de la alimentación humana, y que la salud de las personas mejora en cuanto dejan de consumir lácteos de todo tipo.

20 de enero de 2012

Teresa Guerra-García: una Dama de la Cultura

Escribir  sobre Teresa (obviemos el Guerra-García Cueva de Rodríguez Nache y dejémoslo así, sólo “Teresa”) es ingresar a un mundo donde los recuerdos son más intensos que el sol de verano.  En medio de su memoria prodigiosa y un corazón de oro surge la delicada personalidad de esta mujer que, pese a una edad algo avanzada, sigue desafiando al futuro con valentía y tenacidad, convencida de que todo es posible, más aún cuando eres mujer y has sufrido como lo ha hecho ella, a más no poder.
Pero, afortunadamente, nada es absoluto y el sufrimiento es tal porque contrasta con la dicha, esa efímera experiencia que la vida nos da cuando, como dice Serrat “nos regala un sueño tan escurridizo que hay que andarse de puntillas por no romper el hechizo”.
De Teresa  no sé si es más madre, más amiga, más intelectual o política, y la verdad creo que es todo a la vez, en una personalidad rica, más que compleja, y vibrante, más que enérgica. Si bien la he conocido cuando ya todos sus hijos eran mayores y ella ya enfrentaba los problemas que la acosaron en su calidad de viuda jubilada, su personalidad me impactó casi tanto como su sabiduría y su capacidad de retener en su memoria una parte inmensa de la historia del Perú, especialmente del Norte. Pero nada me resultó tan impresionante como escucharla hablar de sus amores, pocos pero intensos, a la vez que  genuinos y honestos. Saber de su pasión por Cajamarca, ciudad que la acunara en su infancia, del  amor exquisito de su madre, de la personalidad solemne de su padre, del romance inevitable con Virgilio, el amor de su vida, de la hija que se fue sin siquiera dejarse ver, amores, muchos amores que la entrenaron en la recurrente práctica de amar, llorar…. y seguir amando.

19 de enero de 2012

Cosas que sólo pasan en el Perú (IV)

¡Tranca a la vista! ( o "La Planificación es una ilusión")


Imagino que los funcionarios del Municipio Distrital Víctor Larco Herrera, en Trujillo, deben pensar que la planificación es algo inútil porque no hay cuando programen sus obras, al menos eso es lo que parece ya que, sólo un botón de muestra, el otro día las urbanizaciones California y Santa Edelmira amanecieron llenas de trancas de fierro y otras de malla plástica, de manera que los automovilistas de pronto  se encontraban con cierre de calles por todos lados y daban vueltas a las cuadras sin saber cómo llegar a su casa o cómo salir del laberinto.
Lo mejor es que colocaron las trancas en la noche y a mí me tocó llegar a medianoche en taxi, sin saber por dónde ingresar a mi calle y al final, después de mil vueltas, tuve que bajarme del auto a dos cuadras y caminar sola, a esa hora, hasta llegar a casa. ¿El motivo? Obras para aplicar una capa asfáltica en las pistas (o, bueno, cómo sea que se llame esa capita de nada que echan con mucho bombo y luego de dos meses ya se está desgastando).

11 de enero de 2012

Testimonios de Valor

Muchas veces vamos por la vida y encontramos situaciones y personas que se nos muestran como una puerta a un mundo diferente y desconocido. Entonces, de sólo mirar por el umbral  todo nuestro panorama y hasta nuestra cosmovisión cambia por completo.
En una reciente experiencia hospitalaria en la cual acompañaba a mi hija, que estaba internada, tuve esta particular vivencia,  conociendo y compartiendo con personas que dejan de lado su vida propia para “mudarse” al hospital donde permanecen día y noche, en la espera de poder ingresar a ver a su familiar y decirle algunas palabras de aliento al oído, o recibir la noticia nefasta y estrechar su mano en el momento final. Su capacidad de sacrificio me sobrecogió y me puso en contacto con una realidad que debe ser familiar para muchos pero era inexistente para mí.
Para no hacer de esta entrada algo muy tedioso, sólo compartiré mi recuerdo de dos de estas personas.

Nora
Al momento de conocerla llevaba más de dos años acompañando a su hija, quien hace cinco padece  una enfermedad verdaderamente devastadora: Esclerosis Lateral Amiotrófica, más conocida como ELA. Éste es un proceso degenerativo que va paralizando todos los músculos del cuerpo, reduciendo al paciente a un estado de conciencia mientras sólo puede mover los ojos.  Su “paciente” (así se refieren hacia las personas a quienes “cuidan”) tenía familia, esposo e hijos, que sufrían mucho por el estado de salud, irreversible, de esta mujer, pero es ella, su madre, quien asumió voluntariamente la tarea de acompañarla en el tramo más difícil, el de la inmovilidad total que impide el habla y hasta la respiración, por lo que el internamiento es forzoso para darle las atenciones necesarias.